Tal vez le parezca difícil de creer, pero en este momento, mientras usted lee estas líneas, están sucediendo cosas como las siguientes:
Ingenieros y científicos están perfeccionando tecnología ya existente que permite a vehículos conducirse sin la necesidad de intervención humana. Esto se ha desarrollado a tal punto que el Ministerio de Transportes de Singapur ya incluyó entre sus prioridades a futuro, el desarrollo de un servicio de trasporte público sin conductores.
Amazon estudia la posibilidad de entregar paquetes en la puerta de sus destinatarios utilizando drones, prescindiendo por tanto, de los tradicionales servicios de correo de entrega de paquetes.
También Amazon próximamente pondrá en funcionamiento en Seatle un supermercado bajo el concepto “Just Walk Out” (simplemente salga). Este consiste en una tienda sin cajeros donde los clientes descargan una aplicación y un conjunto de cámaras, sensores y la utilización de sistemas de "deep learning" que van sumando todas las compras al carro de la compra de la aplicación, formalizando el pago una vez se abandona el establecimiento.
Asimismo, el grupo Pearson, la mayor editorial de libros educativos el mundo, ha desarrollado un programa que corrige los textos redactados por los estudiantes, sin importar su nivel, su estilo o su género literario.
Ante cambios tan grandes hay preguntas que muchos estudiosos del fenómeno tecnológico se están formulando: ¿Hasta qué punto las máquinas se apoderarán de los trabajos y suplantarán a las personas? ¿Provocará esta suplantación un desempleo masivo? ¿Qué competencias necesitan desarrollar los estudiantes para desempeñarse en la nueva realidad económica?
En realidad, no hay consenso sobre las posibles respuestas, pero la idea de que la Revolución Industrial 4.0 tendrá un amplio impacto en la suplantación de la mano de obra crece cada vez más y no necesariamente hay un buen pronóstico al respecto.
En el ámbito de la educación tampoco hay consenso sobre cuál es el modelo más adecuado para abordar estos grandes cambios socio-económicos. Sin embargo, hay aspectos claves que algunos investigadores han identificado y que están presentes en la literatura más reciente:
la necesidad de fomentar el pensamiento creativo más que el memorismo repetitivo y mecánico,
la integración de las asignaturas para que los alumnos formulen productos originales,
el impulso de la “cultura maker” que se caracteriza por la creación de ideas originales de los estudiantes que puedan ser compartidas y que tengan valor para otra persona que los consuma.
El fomento al trabajo colaborativo y la capacidad de ser productivo laborando en conjunto con otras personas, ya sea en línea o de manera presencial participando en grupos de trabajo por objetivos, entre muchas otras.
Desde todo punto de vista, las competencias que se necesitarán para desempeñarse exitosamente en el siglo XXI se alejan completamente del paradigma actual, que consiste en la asimilación de una gran cantidad de contenidos , independientemente de si estos tienen o no un alto nivel de complejidad, y su reproducción mecánica en una prueba escrita.
En el IPICIM hemos visto estos cambios y cómo de forma acelerada se hacen cada vez más palpables. Por eso, y me atrevo a afirmar que de manera pionera en Costa Rica, estamos implementando una propuesta educativa que fomente estas competencias y cuyo objetivo es hacer de nuestros estudiantes ciudadanos y trabajadores competentes del siglo XXI.
Mediante metodologías como el SOLE (Self Organized Learning Environments) y materias como STEAM (Science – Technology – Engineering – Art – Mathematics) nuestros estudiantes tendrán experiencias de aprendizaje en donde integrarán los conocimientos de las distintas asignaturas, crearan productos originales, trabajarán de manera colaborativa, construirán conocimientos que sean para ellos realmente significativos y desarrollarán las competencias necesarias para el trabajo grupal por objetivos.
Igualmente, con la aplicación una vez al trimestre de la metodología denominada “Aprendizaje Basado en Proyectos” nuestros estudiantes se enfrentarán a retos cognitivos de alto nivel en los que podrán desarrollar experiencias educativas en las que aprendan por “serindipia”, es decir, el aprendizaje que sucede por descubrimiento y que aprovecha la curiosidad natural de los jóvenes para fomentar su aprendizaje continuo.
De esta manera, a lo largo de su vida estudiantil, desde séptimo hasta undécimo año, nuestros estudiantes desarrollarán estas competencias y tendrán claras ventajas a la hora de integrarse al mundo académico universitario y a la vida productiva laboral.
Finalmente, de forma simultánea al desarrollo de estos cambios tecnológicos que tantas interrogantes e incertidumbres provocan, contamos con un grupo de profesionales de educación que han estado asimilando su nuevo papel como guías y orientadores de los procesos educativos de sus alumnos; docentes que quieren ser parte del cambio y no quedarse anclados al siglo XX.
Nuestro primer paso es el curso lectivo 2017 … el primer paso hacia un horizonte infinito de posibilidades.
MSc. Hans May Quesada
Coordinador Académico
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